Junto al olor a pólvora, los petardos y mascletaes, la música y los pasacalles, los monumentos y las vistosas falleras, otro de los clichés falleros, el más sabroso sin duda, es el de la gastronomía que gira alrededor de la Fiesta y que sale a la calle en estas fechas.
Desde las cenas de sobaquillo a los almuerzos en los casales y carpas y los concursos de paellas a pie de falla, cada comisión por modesta o pudiente que sea se convierte en propagadora de lo más típico y sabroso de la cocina fallera.
Nuestro plato universal
La paella es el plato más gustoso y demandado a lo largo del año en Valencia, pero es en estas fiestas cuando ningún valenciano ni forastero se pierde una o varias paellas de pollo, conejo y la imprescindible verdura de la huerta. Lo que sí sorprende al visitante son las paellas nocturnas y de madrugada hechas a leña en plena calle al abrigo del monumento. Se trata de una experiencia de fraternidad fallera que solo se da en estas fechas envueltas en el fragor de la fiesta del fuego.
Los concursos de paellas entre falleros y vecinos son gustosas excusas para reunirse alrededor del fuego y degustarlo en ambiente de fiesta. Lo malo es que ante tanta demanda arrocera como se da en estas fiestas, se cuelan muchas paellas oportunistas en locales de dudosa reputación gastronómica, que emborronan la merecida buena fama de nuestro plato más universal. ¡Cuidado con las imitaciones! Las paellas, donde toda la vida.
Buñuelos para mojar en chocolate
Pero sin duda alguna, el plato por excelencia de las fallas es dulce y esponjoso y se suele mojar en chocolate caliente, Son los buñuelos de calabaza, tiernos y de un color naranja rojizo claro que le brinda la propia pigmentación de la corteza del fruto.
En España se encuentran recetas por escrito de buñuelos de viento desde el siglo XVI y aunque el origen se lo disputan romanos y árabes, es mucho más probable que sean los segundos quienes los implantaran por estos pagos. Con sus diversas variantes, pero dentro de la alta gama de buñuelos de viento, los de calabaza son típicos de aquí, de las tierras valencianas en donde se cría la cucurbitácea. Se trata por tanto de un dulce arraigado en nuestra cultura fallera. De hecho, durante el año hay que buscarlo en media docena de locales como El Contraste, Santa Catalina, Mari Toñi o Chocolates Valor, pero en estas Fallas solo en la capital, hay 134 churrerías autorizadas . Y para mojarlos, el chocolate bien caliente, una combinación perfecta para acometer la despertá o a cualquier hora del día y de la noche.
Bocatas y cenas de hermandad
Las cenas de hermandad, (sopars de germanor) o cenas de sobaquillo y los almuerzos (els esmorzars) son una costumbre sana y amigable muy valenciana y arraigada durante todo el año que se lleva a cabo en bares y terrazas. El mundo fallero, por su cuenta, tiene los casales y las carpas para reunirse en torno a ese culto al "entrepá" y todos sus aderezos, desde las olivas, al cacau de collaret, la cerveza o un buen porrón de vino con gaseosa.
El bocadillo más corriente y valenciano es el de blanco y negro, nombre con el que identificamos los valencianos al clásico bocata de longaniza y morcilla de Ontinyent o Requena. El almussafes es otro de los bocadillos estrella y valenciano de pura cepa, con una receta básica tan simple como efectiva: un buen pan, una rica sobrasada, cebolla pochada y queso fundido. Hay quien lo mete en el horno unos minutos y hay quien le añade tocino o jamón. Este sabroso manjar de la gastronomía del bocadillo debe su nombre a la localidad valenciana en donde nació.
La cazalla, el cremaet o el barrejat (anis y mistela) vienen a ser como la traca final para despedir una buena sentada alrededor de la mesa fallera.
Otros manjares unidos a la fiesta
El all i pebre de anguila es el manjar en salsa típico de la Albufera valenciana y que suele degustarse todo el año pero también en el ambiente fallero mojando con pan. Un plato humilde y reconfortante a base de anguilas, patatas, ajo y pimentón.
No podemos olvidarnos de la popular horchata de chufa que es al llegar la primavera cuando emerge con toda su sabrosa frescura y que se toma con los típicos fartons ni del agua de Valencia, un cóctel creado en el año 1959 por Constante Gil en el Café Madrid de Valencia, que sigue siendo una bebida muy reclamada por jóvenes en pubs y cafeterías.
Y ahora toca disfrutar de las Fallas y degustar los platos y bebidas que le aportan personalidad. ¡Que aproveche! Fuente
Comida fallera: la gastronomía sale a la calle
Buñuelos, bocadillos para cenar en el casal o, por supuesto, la paella, son los platos típicos de estos días de fiesta en la ciudad
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