El Corredor Mediterráneo constituye un eje prioritario para impulsar la competitividad del transporte de mercancías y viajeros en la Comunidad Valenciana y todo el Arco Mediterráneo. Desde Cataluña hasta Andalucía, este ambicioso proyecto ferroviario que discurre por la costa este de España conlleva la generación de empleo y riqueza en el país y la conexión con el resto de Europa. Sin embargo, la realidad es que las obras de esta infraestructura clave no solo permanecen incompletas en diversos tramos, sino que tampoco están avanzando al ritmo deseado, y su finalización no se aventura, al menos, hasta 2025.

De hecho, tal como expresan desde la plataforma Quiero Corredor, que lidera la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), "si los gobiernos de España hubieran valorado sensatamente las ventajas del Corredor Mediterráneo, este estaría plenamente ejecutado hace ya más de diez años, España hubiera crecido más y se hubieran reducido emisiones a la atmósfera".

Una de las principales dificultades en su desarrollo estriba en la diferencia de tamaño de las vías españolas, que aún mantienen el denominado ancho ibérico en la mayor parte de la red ferroviaria en lugar del llamado ancho internacional, un estándar a nivel mundial. Aparte de solventar este escollo, también se busca que la mayoría de los tramos cuenten con una doble plataforma que permita separar por un lado el tráfico de mercancías y por otro el de personas. La conexión con Europa requiere, por tanto, una modernización de buena parte del trazado.

Aunque también es cierto que el chequeo realizado en noviembre de 2020 a los 14 tramos del Corredor dejaron dos hitos cumplidos: ya se ha licitado el cambio a ese ancho internacional entre Tarragona y Castellón, y se han puesto en marcha el túnel de Martorell y el tramo Monforte-Elche-Orihuela.
OBJETIVOS PENDIENTES

Completar la España radial con esta red ferroviaria implicará grandes ventajas para la Comunidad Valenciana. Los empresarios destacan que, de esta manera, será posible "acercar los productos de las empresas del Arco Mediterráneo a un mercado cada vez más amplio y a un precio competitivo, lo que redundaría en beneficio de todo el país". No en vano, las cinco regiones de la ribera oriental de la Península Ibérica concentran el 50% de la población española y el 47% de su tejido empresarial, además de suponer el 45% del PIB y el 63% del tráfico de mercancías.

En el caso concreto de la Comunidad Valenciana, sus líderes empresariales subrayan varios cuellos de botella aún pendientes de solucionar en el presente año. Entre ellos, la puesta en servicio del Nudo de la Encina (que conectará por primera vez las tres provincias de la región y Murcia con la alta velocidad), la nueva plataforma en ancho internacional entre Castellón y Valencia o el túnel pasante de esta última ciudad.

En 2021, España invertirá 1.944 millones de euros en las obras del Corredor Mediterráneo a través de los Presupuestos Generales y el Plan de Recuperación. Asimismo, la Unión Europea (UE) ha cofinanciado hasta la fecha 115 proyectos con una aportación cercana a los 1.000 millones de euros, con el fin de acelerar esta unión del Mediterráneo español con el resto de países europeos. Uno de los sectores más beneficiados por estos cambios será, sin duda, el agrícola, que podrá dar mayor salida a los productos de la huerta de Europa.

De hecho, según las previsiones de la propia UE, el transporte de mercancías aumentaría el tráfico de la Comunidad Valenciana hasta un 29% gracias a la conexión de sus puertos y aeropuertos con la red ferroviaria. Con ello, afirman desde la AVE, "el volumen de exportaciones españolas se habría duplicado y nos estaríamos ahorrando mucho dinero gracias al transporte de nuestros productos en tren hacia Europa".

NEXO CON EL PUERTO

Uno de los enclaves más beneficiados por esta infraestructura es el Puerto de Valencia, que a día de hoy ya es el más conectado de España. Y no solo eso, sino también el cuarto con mejores conexiones de todo el continente, según el índice que elabora la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Tal como destaca la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), que también gestiona los puertos de Sagunto y Gandía, el hecho de que este sea la puerta de entrada y salida del 40% de las importaciones y exportaciones españolas por mar permite vislumbrar su importancia, así como la de establecer buenas conexiones entre sus barcos y el resto del continente por tierra.

No en vano, más de 130 empresas navieras (la totalidad de las compañías que trabajan en los mercados transoceánicos) operan en unos muelles valencianos que, a su vez, conectan con otros 1.000 puertos de todo el mundo. Eso se traduce, a fin de cuentas, en la aportación del 2,5% del PIB regional y el mantenimiento de 40.000 empleos.

La evolución de su actividad durante este último año refleja una tendencia al alza de su conectividad. Durante el primer semestre, el Puerto de Valencia ha sido destino de 2.000 trenes, que han entrado y salido de sus instalaciones para potenciar su logística. Esa sinergia del ferrocarril con el mar pone de relieve, más si cabe, el firme objetivo marcado por la Comunidad Valenciana para de reforzar el puerto y contribuir, con ello, a la descarbonización de la actividad productiva.

De cara al futuro, la APV está ultimando los detalles para adjudicar y construir una nueva terminal de contenedores que se ubicará en las aguas abrigadas de su ampliación norte. Su electrificación, tal como aseguran, tendrá un origen 100% renovable. Fuente